"Pues, si cuando andaba en el mundo, de sólo  tocar sus ropas sanaba los enfermos, ¿qué hay que dudar que hará  milagros estando tan dentro de mí, si tenemos fe, y nos dará lo que le  pidiéremos, pues está en nuestra casa? Y no suele Su Majestad pagar mal  la posada, si le hacen buen hospedaje".
 
 Santa Teresa de Jesús

 
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