VOLVAMOS NUESTRA MIRADA A NUESTRO SUMO PASTOR...
 
 A mediados del mes de Octubre de 1571, se dispuso que fuera la toma de  posesión de la nueva priora del monasterio de la Encarnación de Ávila,  Teresa se les había impuesto a las monjas impidiéndoles así que  hicieran su tradicional elección por votación; todo era   parte de la  idea de algunos superiores de un querer devolverle a los monasterios no  reformados algo del fervor que ofrecía por entonces la novedosa  reforma  Teresiana. Las Monjas de la Encarnación no querían la imposición  prioral, el día de la toma de posesión se armó una tremenda trifulca,  chismes, dimes y diretes, gritos, amenazas y ofensas se llevó Teresa y  con ella el entonces Padre Provincial Ángel de Salazar; El motivo  principal de toda esta revuelta fue que Teresa en efecto tenia como  interés devolver algo de su fervor original al monasterio, sacando a las  mujeres seglares, parando las visitas y charlas en el locutorio y que  la Encarnación volviera a ser un remanso de paz carmelitana, intereses  que no a todas agradaban.
 
 Nadie mas que Teresa pudo reflexionar  ante esta situación, las monjas no la querían como priora, no querían  una imposición, no querían simplemente ser gobernadas por una monja que  les podría atentar sus intereses vanos y personales.
 Al fin y al  cabo Teresa sabe bien que La Orden del Carmen es de la Virgen María, de  nadie mas, ella fue la SEÑORA DEL LUGAR, como la nombraban las antiguas  tradiciones carmelitas, desde la fundación de la Orden en las grutas del  Monte Carmelo, así que por que no devolverle en un gesto de humildad y  sabiduría el verdadero gobierno de la obra que la Madre de Dios cobijó  bajo su manto desde un principio. Teresa coloco en la silla prioral del  coro la imagen de la Virgen de la Clemencia con las llaves del  monasterio en sus manos y en la silla subprioral la imagen de San José y  les dijo a la comunidad ahí reunida según una tradición: "Mis buenas  señoras, madres y hermanas, yo solamente vengo a servirles y ayudarles  en todo lo que pueda, la verdadera priora de este Monasterio es la  Virgen Santísima de quien es esta religión, no podemos esperar mal  priorato de la Madre de Dios", después de eso Teresa no se canso de  repetir que la autentica priora era la Virgen María y que ella solo era  una delegada de ella.
 
 En efecto el monasterio de la Encarnación  comenzó a cambiar, se vivía un ambiente de paz, Teresa llevó a Juan de  la Cruz como confesor, esto ayudo muchísimo a la vida espiritual de las  religiosas, pero sobre todo la confianza y el volver la mirada a quien  en verdad nos sustenta y nos guía desde el cielo.
 
 Quisiera  entrelazar y reflexionar este hecho de la vida de nuestra gran Santa con  la novedosa renuncia del Papa Benedicto XVI, que ha causado mucha  controversia, multitud de comentarios, burlas, consternación y miles de  hipótesis y conjeturas, el Papa ha renunciado por falta de fuerzas, como  Él lo ha dicho ha orado y ha examinado su conciencia ante Dios, muchas  personas están desanimadas, muchas otras piensan que es el fin de la  Iglesia Católica o el inicio de un resquebrajamiento aun mayor por las  crisis que últimamente se han venido suscitando, sin embargo creo que es  verdad que estos momentos de crisis y de prueba, son también de gracia,  por que ahora si es cuando se tiene que demostrar y vivir con  coherencia la elección por Jesús, por su Evangelio. Creo que la renuncia  del Papa nos tiene que animar a reflexionar y a orar, pedir a Dios que  nos regale una fe y confianza mas profunda y un gran amor hacia Él, pero  sobre todo que nos lleve a poner la mirada y el corazón en "NUESTROS  ORÍGENES", Teresa solo logró la Paz de aquel monasterio, volviendo su  mirada y haciendo que las demás monjas cayeran en la cuenta de que  Nuestra Madre del Cielo es la verdadera gobernadora de la Orden  Carmelita, así también, nosotros tenemos que volver la mirada a Jesús,  el es el verdadero SUMO PONTÍFICE de nuestra Iglesia, el mismo Papa  Benedicto en su carta de renuncia expreso: "Ahora, confiamos la Iglesia  al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo". "El amor nos  hará apresurar los pasos." decía nuestra Santa, volver la mirada a Jesús  a su evangelio nos llevara a nuevamente inflamar nuestros corazones  para iniciar de nuevo.
 
 En medio de una Iglesia desquebrajada en  su unidad, que veía con novedad y con dolor la reforma protestante,  azotada por los errores de la inquisición, la desmoralización de parte  del clero, nacía el grito de reforma, se daban respuestas con el  Concilio de Trento, pero mas aun se dio respuesta con la vida de una  mujer, de una monja Carmelita que con sus sandalias, con su pobreza y  con una confianza ilimitada en Jesús, fundaba conventitos por toda  Castilla, haciendo su parte por la unidad de esta Iglesia de Cristo, por  sus misioneros y por ser ese testimonio vivo de una presencia amorosa,  de ahi nace  su afán de crear Castillos habitados por AMIGOS FUERTES DE  DIOS;  en las situaciones actuales de desesperanza, de crisis,  de  antivalores, de secularismo extremo, de falta de fe, cual es nuestra  respuesta???
 
 Solo podemos encomendar a Dios que envíe a un  sucesor del Apóstol Pedro, con un corazón y una mente llenos de fe y  amor hacia Él, por el Papa Benedicto XVI sus intenciones y su salud y  para  que en verdad a nosotros nos fortalezca en la fe y nos permita  siempre volver nuestra mirada hacia Él, nuestro verdadero Sumo  Pontífice. 
 
 "Mira que te mira, acompáñale y habla y pide y  regálate con Él. Pídele que aciertes a contentarle siempre, porque de él  te ha venido todo bien"
 
 Santa Teresa

 
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