¡Qué  rico se hallará el que todas las riquezas dejó por Cristo! ¡Qué honrado  el que no quiso honra por El, sino que gustaba de verse muy abatido!  ¡Qué sabio el que se holgó de que le tuviesen por loco, pues eso mismo  llamaron a la misma Sabiduría! ¡Qué pocos hay ahora, por nuestros  pecados! Ya, ya parece se acabaron los que las gentes tenían por locos,  de verlos hacer obras heroicas de verdaderos amadores de Cristo. ¡Oh  mundo, mundo, cómo vas ganando honra en haber pocos que te conozcan!
 
 Santa Teresa de Jesús
 
 (Vida 27, 14)

 
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