lunes, 18 de febrero de 2013

a propósito de la renuncia del Papa, una reflexión...

VOLVAMOS NUESTRA MIRADA A NUESTRO SUMO PASTOR...

A mediados del mes de Octubre de 1571, se dispuso que fuera la toma de posesión de la nueva priora del monasterio de la Encarnación de Ávila, Teresa se les había impuesto a las monjas impidiéndoles así que hicieran su tradicional elección por votación; todo era parte de la idea de algunos superiores de un querer devolverle a los monasterios no reformados algo del fervor que ofrecía por entonces la novedosa reforma Teresiana. Las Monjas de la Encarnación no querían la imposición prioral, el día de la toma de posesión se armó una tremenda trifulca, chismes, dimes y diretes, gritos, amenazas y ofensas se llevó Teresa y con ella el entonces Padre Provincial Ángel de Salazar; El motivo principal de toda esta revuelta fue que Teresa en efecto tenia como interés devolver algo de su fervor original al monasterio, sacando a las mujeres seglares, parando las visitas y charlas en el locutorio y que la Encarnación volviera a ser un remanso de paz carmelitana, intereses que no a todas agradaban.

Nadie mas que Teresa pudo reflexionar ante esta situación, las monjas no la querían como priora, no querían una imposición, no querían simplemente ser gobernadas por una monja que les podría atentar sus intereses vanos y personales.
Al fin y al cabo Teresa sabe bien que La Orden del Carmen es de la Virgen María, de nadie mas, ella fue la SEÑORA DEL LUGAR, como la nombraban las antiguas tradiciones carmelitas, desde la fundación de la Orden en las grutas del Monte Carmelo, así que por que no devolverle en un gesto de humildad y sabiduría el verdadero gobierno de la obra que la Madre de Dios cobijó bajo su manto desde un principio. Teresa coloco en la silla prioral del coro la imagen de la Virgen de la Clemencia con las llaves del monasterio en sus manos y en la silla subprioral la imagen de San José y les dijo a la comunidad ahí reunida según una tradición: "Mis buenas señoras, madres y hermanas, yo solamente vengo a servirles y ayudarles en todo lo que pueda, la verdadera priora de este Monasterio es la Virgen Santísima de quien es esta religión, no podemos esperar mal priorato de la Madre de Dios", después de eso Teresa no se canso de repetir que la autentica priora era la Virgen María y que ella solo era una delegada de ella.

En efecto el monasterio de la Encarnación comenzó a cambiar, se vivía un ambiente de paz, Teresa llevó a Juan de la Cruz como confesor, esto ayudo muchísimo a la vida espiritual de las religiosas, pero sobre todo la confianza y el volver la mirada a quien en verdad nos sustenta y nos guía desde el cielo.

Quisiera entrelazar y reflexionar este hecho de la vida de nuestra gran Santa con la novedosa renuncia del Papa Benedicto XVI, que ha causado mucha controversia, multitud de comentarios, burlas, consternación y miles de hipótesis y conjeturas, el Papa ha renunciado por falta de fuerzas, como Él lo ha dicho ha orado y ha examinado su conciencia ante Dios, muchas personas están desanimadas, muchas otras piensan que es el fin de la Iglesia Católica o el inicio de un resquebrajamiento aun mayor por las crisis que últimamente se han venido suscitando, sin embargo creo que es verdad que estos momentos de crisis y de prueba, son también de gracia, por que ahora si es cuando se tiene que demostrar y vivir con coherencia la elección por Jesús, por su Evangelio. Creo que la renuncia del Papa nos tiene que animar a reflexionar y a orar, pedir a Dios que nos regale una fe y confianza mas profunda y un gran amor hacia Él, pero sobre todo que nos lleve a poner la mirada y el corazón en "NUESTROS ORÍGENES", Teresa solo logró la Paz de aquel monasterio, volviendo su mirada y haciendo que las demás monjas cayeran en la cuenta de que Nuestra Madre del Cielo es la verdadera gobernadora de la Orden Carmelita, así también, nosotros tenemos que volver la mirada a Jesús, el es el verdadero SUMO PONTÍFICE de nuestra Iglesia, el mismo Papa Benedicto en su carta de renuncia expreso: "Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo". "El amor nos hará apresurar los pasos." decía nuestra Santa, volver la mirada a Jesús a su evangelio nos llevara a nuevamente inflamar nuestros corazones para iniciar de nuevo.

En medio de una Iglesia desquebrajada en su unidad, que veía con novedad y con dolor la reforma protestante, azotada por los errores de la inquisición, la desmoralización de parte del clero, nacía el grito de reforma, se daban respuestas con el Concilio de Trento, pero mas aun se dio respuesta con la vida de una mujer, de una monja Carmelita que con sus sandalias, con su pobreza y con una confianza ilimitada en Jesús, fundaba conventitos por toda Castilla, haciendo su parte por la unidad de esta Iglesia de Cristo, por sus misioneros y por ser ese testimonio vivo de una presencia amorosa, de ahi nace su afán de crear Castillos habitados por AMIGOS FUERTES DE DIOS; en las situaciones actuales de desesperanza, de crisis, de antivalores, de secularismo extremo, de falta de fe, cual es nuestra respuesta???

Solo podemos encomendar a Dios que envíe a un sucesor del Apóstol Pedro, con un corazón y una mente llenos de fe y amor hacia Él, por el Papa Benedicto XVI sus intenciones y su salud y para que en verdad a nosotros nos fortalezca en la fe y nos permita siempre volver nuestra mirada hacia Él, nuestro verdadero Sumo Pontífice.

"Mira que te mira, acompáñale y habla y pide y regálate con Él. Pídele que aciertes a contentarle siempre, porque de él te ha venido todo bien"

Santa Teresa

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